En esta entrada queremos hablar de la relación tan estrecha entre el estrés y los niveles de dolor, explicando los mecanismos que se dan en nuestro cuerpo cuando ambos coinciden.
¿Cuándo aparece el dolor?
De manera simple, podemos decir que depende de la interacción de dos sistemas. Uno de ellos se encarga de envíar información desde el exterior (por ejemplo al pincharte un dedo) hasta el Sistema Nervioso Central (SNC), llámalo si quieres informativo. El otro sistema regula la información y decide si es muy relevante o poco, es decir desde el SNC se modula la información (en ocasiones para intensificarla y en otras para inhibirla), llámalo por ejemplo controlador/regulador.
Podemos decir que si el sistema informativo es superior al sistema controlador o el sistema controlador quiere intensificar la información, el resultado será dolor.
En un ejemplo se entiende mejor esto. Imagina que voy a la montaña a hacer senderismo y se da la mala suerte que caigo y me rompo el húmero. Podría pasar que esté en peligro en la cima y el sistema controlador decida que NO duela, inhibiendo la información del húmero roto. Sin embargo, consigo llegar a la falda de la montaña, llamo a la ambulancia y me encuentro a salvo. Entonces podría aparecer un dolor intenso, con el fin de que proteja la zona del brazo. Además, este caso fue real.
¿Qué tiene que ver el estrés?
En el ejemplo anterior vemos como un estrés importante y agudo (mi vida peligra en la cima de la montaña) inhibe la información del brazo roto. Pero No todo el estrés es igual.
En el caso de llevar una vida ajetreada y estresante, el efecto puede ser el contrario. Más aún si es mantenido en el tiempo.
¿Cómo ocurre este posible aumento de dolor?
El estrés mantenido/crónico provoca la activación de una zona del cerebro conocida cómo hipotálamo. Esta zona activa a su vez a la glándula pituitaria, la cual segrega una hormona, la ACTH. Esta hormona va por la sangre y al llegar a sus receptores específicos en otra glándula, la adrenal, se libera el famoso Cortisol (conocido cómo la hormona del estrés).
Este cortisol es el que influye en el dolor. A partir de ciertos procesos se obtiene más hiperalgesia (dolor más intenso de lo habitual) y un mayor número de conductas depresivas. Esto facilita estrategias menos efectivas de afrontación y mayor dificultad de recuperación.
Ésta es una de las causas por la que un estatus social bajo incrementa la posibilidad de padecer dolor crónico. También un nivel bajo económico puede aumentar dicho estrés.
Muchas gracias por llegar hasta aquí.